Cuenta Christopher Nolan en una carta que ha escrito como despedida del personaje que más ha significado para él en los últimos años, que no tenía pensado desde un principio hacer una trilogía, que realizó “Batman Begins” sin guardar nada para otra vez, que se puso toda la carne en el asador en esa primera entrega. El aire renovado que inspiró en el sobrexplotado -cinematográficamente hablando- “hombre murciélago” dejó tan buen sabor de boca que se daba por segura una secuela, la cual llegó en 2008 con el título de “El Caballero Oscuro” y un derroche de espectáculo y genialidad que conquistó hasta el más reticente con respecto a este cine de superhéroes de comic. Taquilla y crítica estuvieron de acuerdo, “El Batman de Nolan” había sobrepasado a cualquier otra adaptación de personajes de DC o Marvel, se movía en ambientes más selectos. Así, en vez de tratar de exprimir al máximo la gallina de los huevos de oro y arriesgarse a caer en la mediocridad, el director, productor y guionista inglés anunció que con esta tercera entrega cerraría el ciclo que comenzara allá por 2005. La campaña publicitaria que se ha desplegado para el estreno de “EL CABALLERO OSCURO. LA LEYENDA RENACE” ha convertido el film en lo más esperado de este 2012 y, como consecuencia, ha arrastrado a las masas al cine, reflejo de ello son los resultados mundiales de taquilla.
Después de esta especie de introducción, vamos a lo importante, ¿”The Dark Knight Rises” ha logrado satisfacer las expectativas de los espectadores? A mi parecer SI, puedo garantizar que es la película más completa de las tres, la más espectacular y, una de las cosas que especialmente me ha gustado, es la que más nos adentra en el personaje de Bruce Wayne y Batman –por separado, ojo-. Sin embargo, no quiere esto decir que sea la mejor de las tres ni mucho menos… vamos por partes.
A nivel argumental la película fluctúa entre momentos de tensión extrema y otros pausados que, aunque necesarios en cierta manera, se alargan demasiado y llegan a aburrir al espectador. Si dichas escenas se hubieran repartido adecuadamente, no llegarían a desenganchar del film, sin embargo, es inevitable esa sensación de “relleno” allá por la mitad del largometraje. Así, Nolan comienza presentándonos al nuevo villano con una escena sublime que nos deja casi sin respiración (tal y como hizo con el Joker en “El Caballero Oscuro”), continúa situándonos en esta nueva Gotham sin Batman, que parece no necesitar al vigilante nocturno en sus calles y que se plantea destituir a un Comisario Gordon que nada pinta ya en estos “tiempos de paz”. Sin embargo, poco a poco la amenaza de un nuevo villano comienza a extenderse en las calles, sus primeros movimientos ponen en entredicho la seguridad de la ciudad y, como diría Selina Kyle/Catwoman, se hace patente en el ambiente que “se avecina tormenta”. A partir de ahí, la vuelta de el Caballero Oscuro a las calles entusiasma, se suceden varias escenas de pura acción que culminan con una de las peleas cuerpo contra cuerpo más impactantes que ha visto el cine. Bane provoca el retiro no voluntario de las calles de nuestro superhéroe, dejando al mando de la resistencia a un joven policía, John Blake, interpretado por un fantástico Joseph Gordon-Levitt, para mí, lo mejor de la película. Sin embargo, es en este momento en el que el film pierde vitalidad, frescura; la falta de Batman en la pantalla se acusa demasiado y, aunque Gordon-Levitt mantiene aceptablemente el peso de los acontecimientos, el resto de personajes no terminan de situarse en este oscuro panorama. La gente comienza a sacar sus móviles, consultan la hora,… Hasta que, empiezan los 45 minutos más destacados del film, ese estupendo final en el que todo encaja y se da cierre a la trilogía más elogiada de los últimos años. Por un lado, no se puede negar que Nolan ha sabido contentar al público en general apostando por este tipo desenlace, sin embargo, ¿qué ha pasado con esa marca del director inglés por dejar al público dubitativo con los finales de sus films? –véase “Origen”-. Está claro que esta vez optó por la salida fácil, resuelve el film de la manera esperada, tal y como había ido mostrando con pequeñas pistas a lo largo del largometraje (la conversación entre Alfred y Bruce acerca de su futuro, las similitudes entre las vidas de Bruce y John Blake,…).
Después de esta visión general del film toca centrarse en el estupendo reparto, que más o menos ha cumplido con alguna excepción.
En primer lugar, es indiscutible el estupendo trabajo de Christian Bale como Bruce Wayne/Batman en toda la saga y, especialmente, en esta última película. Mientras que en “Batman Begins” y en el “El Caballero Oscuro” Bale tuvo que hacer frente a un papel superficial, que únicamente se quedaba en un aspecto más físico del personaje; en esta parte el protagonista de “American Psycho” muestra más que nunca el lado humano de su personaje, haciéndonos olvidar en algunas partes del film que Batman y Bruce son la misma persona. Por un lado, interpreta a un hombre derrotado tras la muerte de Rachel, que ha abandonado todo proyecto por mejorar Gotham y la ha dejado en manos de los más poderosos, con las posteriores consecuencias que todos conocemos. Y por otro lado, a raíz de los acontecimientos, debe luchar contra sí mismo para encontrar los restos de humanidad que le ayuden a convertirse en el héroe que la amenazada Gotham necesita y, de este modo, estar dispuesto a dar la vida por sus ciudadanos. Así, Bale interpreta esta evolución más psíquica que física, de una manera perfecta y totalmente creíble, haciéndonos entender que el éxito de la saga no es sólo obra de su director sino que el protagonista de la misma tiene mucha culpa de ello.
Aunque he empezado por el protagonista, está claro que el verdadero centro de atención de esta tercera parte era el nuevo villano a enfrentar, ¿estaría Bane a la altura del aterrador Joker de Heath Ledger? En mi opinión es imposible superar a Ledger en el que fue el papel estrella de su carrera que, como todos sabéis, se vio interrumpida por su inesperado fallecimiento meses antes de la premiere de “El Caballero Oscuro”. Sin embargo, Bane es un digno adversario, retratado de una manera mucho más realista a como viene reflejado en los comics –según me han comentado amigos que saben del tema-, y que supone un desafío físico para un Batman bajo de forma. Eso sí, Nolan le da un fin al personaje interpretado por Tom Hardy que deja mucho que desear.
En cuanto al resto de nuevos rostros del reparto, como ya he dicho anteriormente, Joseph Gordon-Levitt es el que mejor ha encajado en la saga, convirtiéndose en uno de los pilares centrales del arco argumental en algunos momentos del film. Anne Hathaway, después de haber sido muy criticada su elección como Catwoman, es un verdadero soplo de aire fresco, no resulta nada exagerada como otras interpretaciones anteriores de la mujer gata y hace el papel de “femme fatale” a la perfección. Y después de tan buenas críticas a las nuevas adquisiciones está Marion Cotillard, cuyo papel es superfluo, inconsistente y cogido por pinzas. No podemos echarle toda la culpa a la actriz porque ella hace lo que puede con el personaje que le ha tocado pero… en ningún momento llega a encajar en el film, y menos creíble resulta el desenlace de su personaje.
Con respecto a los personajes habituales, es de destacar el mayor papel del sobreexplotado mayordomo de Bruce Wayne interpretado por Michael Caine. Aunque en algunos momentos del film sobra cierto exceso de dramatismo por su parte, todo hay que decirlo. Gary Oldman vuelve a interpretar en su línea al comisario Gordon, esta vez cediendo protagonismo al joven Blake. Y, por último, Morgan Freeman da su particular toque de humor al personaje de Lucius Fox, proveedor de las últimas tecnologías de las empresas Wayne.
Y dejando de lado el reparto, toca hablar de los aspectos más técnicos del film. Hoy en día, gracias a los avances en el terreno de los efectos especiales, no se puede considerar un gran logro conseguir que los espectadores queden entusiasmados con los efectos de una película. Sin embargo, en mi opinión, el objetivo a lograr en este sentido es que realidad y ficción se utilicen en las escenas de una forma equilibrada y sin excederse. Y Nolan es un verdadero genio en este aspecto. No cae en el vicio de abusar de los efectos digitales e, incluso, determinadas escenas que podrían haber sido realizadas con mayor facilidad a base de programas informáticos, han sido grabadas en su ausencia para que la sensación de realismo no se perdiera… marca de Nolan.
En lo que se refiere a la banda sonora, Hans Zimmer vuelve a fascinarnos con una música envolvente y desgarradora. Tal y como hizo en “El Caballero Oscuro”, la tensión de determinadas escenas se incrementa sobremanera con un sonido atronador, que no deja ni un momento de respiro al espectador.
Y como creo que me he excedido demasiado en esta crónica tardía de “El estreno del verano”, voy ya con mis impresiones finales.
En mi opinión, la primera y la segunda entrega fueron mejores películas en su conjunto; no te dejaban un minuto de descanso y contenían un arco argumental mucho más compacto y decidido. Creo que Nolan ha querido contentar a todo el mundo con un final sin fisuras y, por desgracia, ha metido demasiada complejidad en un film cuyo argumento podía haber dado pie a dos películas en vez de una. También me ha decepcionado un tanto ese final tan previsible; estaba claro que el final perfecto de la trilogía era la muerte del hombre murciélago, pero me esperaba un desenlace más brillante por parte del director inglés. A pesar de ello, hay que decir que realizar una película del nivel de “The Dark Knight Rises” sólo está al alcance de unos pocos directores, y que darle al film menos de un 8 de nota media (tanto consultar iMDb y FilmAffinity afecta) sería un gran error. El Caballero Oscuro también le echará de menos Señor Nolan, no lo dude.
Pilar
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