martes, 25 de septiembre de 2012

AMERICAN HISTORY X (1998)

Sonó la campana que señalaba el fin de las clases y nadie se movió de su pupitre. En otras circunstancias habríamos salido en desbandada a los pasillos, pero ese día no. Estábamos en plena clase de ética y el profesor había decidido que ese día viéramos una película titulada: "AMERICAN HISTORY X", de la que muy pocos habíamos oído hablar y ninguno había visto. Diez minutos más tarde terminó, nos miramos todos sin mediar palabra y sin dar crédito a lo sucedido, no había final feliz. Recuerdo que ese día llegué a casa cabizbaja y mohína, mi madre me preguntó que me había sucedido y no recuerdo que le contesté, pero os aseguro que esta película cambió mi forma de pensar acerca del racismo, la importancia de la familia en nuestra forma de ser y, sobretodo, en que no siempre el arrepentimiento sirve para borrar nuestros actos pasados.


En su momento, el film de Tony Kaye ("Detachment", 2011) tuvo un escaso éxito comercial en la gran pantalla; sin embargo, hoy día es una de esas películas "de culto" sobre el movimiento skinhead-neonazi, demostrando que el boca a boca es enormemente efectivo. Para los que no se acuerden de ella (extraño), la película nos cuenta la historia de Dereck, un joven perteneciente al movimiento neonazi que es encarcelado por asesinar a dos afroamericanos que intentaron robar su coche. Una vez en prisión, se va dando cuenta de que todo lo que le habían enseñado, inculcado, se cae por su propio peso, hasta el punto de ser traicionado por sus semejantes en la cárcel. Cuando por fin le conceden la libertad provisional y está convencido a pasar página, descubre que su hermano pequeño, Danny, está siguiente sus mismos pasos e intentará alejarlo de ese peligroso mundo...



La historia transcurre entre el pasado y el presente de forma paralela; el presente rodado en color y el pasado en gris, acentuando más si cabe ese cambio que experimenta el protagonista desde los hechos que le llevan a ser encarcelado y la clase de hombre en la que se ha convertido una vez que sale de prisión. Otro de los recursos técnicos utilizados durante el film, es la ralentización de ciertas escenas (ej. el partido de basket, las peleas, la detención,...) que intensifican sobremanera el valor emocional que transmiten al espectador. Pero, a mi parecer, el gran punto fuerte del largometraje es la formidable actuación de los dos protagonistas, Edward Norton/Dereck ("El club de la lucha", 1999) y Edward Furlong/Danny ("Terminator 2", 1991). Es curioso leer que inicialmente el personaje principal del film era Danny, pero que Norton presionó a los productores para que en el montaje final su personaje acaparase todo el protagonismo. Ya se sabe, cuando das mano suelta a un actor... puede dejarte como director entre comillas y pasar a ser el primero al mando del proyecto... Pero no es eso lo que me interesa analizar ahora, es el momento de hablar del papelón por el cual Norton fue nominado a "Mejor actor" en los Óscar de 1999. Interpretar la evolución de un personaje como Dereck Vinyard es un papel tan goloso y complicado a la vez, que solo un actor con una fuerte presencia en pantalla como Norton podría darle el matiz que necesitaba. Ese comienzo del film, soltando un discurso lleno de odio, convicción y fanatismo, nos deja claro que no va a ser sencillo no admirar y sopesar los pros y contras de la personalidad de Dereck. Alguien que cree en lo que dice hasta sus últimas consecuencias, mostrándonos la degradación moral que el racismo puede provocar en una persona... Hasta que entra en prisión, sus creencias, seguridades y principios comienzan a flojear, por primera vez en su vida no sabe que creer, se encuentra perdido y al borde de la muerte de manos de sus supuestos compañeros. Cuando, de repente, surge Sweeney y le hace pensar que, quizás, tal vez, el camino autodestructivo que había seguido era el equivocado, y que no se había hecho hasta el momento "las preguntas adecuadas".


El personaje toma entonces un nuevo rumbo, que lo lleva finalmente a conseguir la libertad provisional con la esperanza de hacer las cosas mejor, de superar su pasado y aferrarse a su familia, la cual, había sufrido un calvario antes y durante su estancia en prisión. La conversación con su madre cuando acude a verle es desgarradora: ¿Crees que estás ahí solo, que eres el único que está cumpliendo condena? Sin embargo, al salir se encuentra con un nuevo problema consecuencia de sus actos del pasado, y se da cuenta que no va a ser tan fácil borrar su vida anterior, que empezar de 0 no va a resultar tan sencillo

Edward Furlong, cara conocidísima por interpretar al adolescente John Connor en "Terminator 2", se mete en el influenciado hermano de Dereck. Él es la voz en off del film; él es quién nos explica cuál fue el germen de las creencias neonazis de Dereck, recordando aquella comida en familia dónde su padre le recomienda a su entonces estudioso hermano mayor no hacer mucho caso de "esos libros escritos por negros". Furlong vuelve a encarnar a un adolescente rebelde, confundido y voluble, de manera exageradamente lograda. Adoro la escena en la que ambos hermanos comienzan a retirar de las paredes de su cuarto las banderas y símbolos nazis, la tensión se relaja inmediatamente y la emoción envuelve al espectador. Pero, sobretodo, es brutalmente excepcional la recreación de los hechos por los que Dereck va a la cárcel, ese: "Dereck, ¡no!" mientras su hermano crucifica su futuro y el de su familia, la expresión de Dereck cuando es arrestado, la boca en el bordillo,... 

¿Veredicto final? Es una película que te impacta; te ayuda a comprender el fenómeno del neonazismo, las razones que llevan a la gente a actuar en pos de su fanatismo ideológico. Norton está asombroso en la piel de este odiado y amado al mismo tiempo Dereck Vinyard, refleja a la perfección esa evolución del personaje, ni un contra en ese aspecto. La única falta que podría achacarse al film es una descompensación entre el tiempo empleado para contar los acontecimientos antes de, y la excesiva velocidad con la que se resuelve el final de la película pero, eso, queda a gusto de cada uno. Por mi parte, y a modo de homenaje, despido la entrada con el texto con el que Danny Vinyard finaliza su trabajo... y el tráiler del largo. 


"Supongo que debo decir lo que he aprendido, mi conclusión. Mi conclusión es que el odio es un lastre. La vida es demasiado corta para estar siempre cabreado. No vale la pena. Dereck dice que siempre viene bien acabar un trabajo con una cita, dice que siempre hay alguien que lo ha hecho mejor que tu, que si no puedes superarlo róbaselo y aprovéchate. Así que he escogido algo que creo que le gustará:No somos enemigos sino amigos, no debemos ser enemigos. Si bien la pasiónpuede tensar nuestros lazos de afecto, jamás debes romperlos. Las místicas cuerdas del recuerdo resonarán cuando vuelva a sentir el tacto del buen ángel que llevamos dentro".




Pilar

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