En mi primer contacto con esta nueva edición del Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICC) me tocó esta joya indie con marcado acento británico. Si tuviera que describir en una palabra lo que me ha parecido "SUBMARINE", diría que la calificación más acertada es "particular", muuuuy particular. Su estética tan marcada, el humor con el que se parodia a los personajes, la división de la narración a modo de novela, su deliciosa música y esos sinceros diálogos sin aditivos, hacen del film del debutante Ayoade un producto original y fácil de ver. Es cierto, que en algunos momentos de la historia el espectador se queda un tanto colgado entre la narración y el espectáculo visual, pero no se llega a perder en ningún momento el hilo de esta pretendida comedia adolescente que, más bien, situaría en el género de drama maduro.
¿La clave del film? Un peculiar y melancólico joven de 15 años, Oliver Tate (Craig Roberts), que nos adentra en propia persona en su mundo más íntimo, en una edad en la que todo lo que nos pasa se magnifica y enmarca, hasta límites insospechados. El primer amor, ese momento en el que comenzamos a presentir la existencia de un amor más allá del familiar, las millones de dudas al respecto, las influencias de las amistades, los miedos a llevar las cosas "más allá",... Otro miedo; el de ver como nuestro núcleo familiar, los cimientos sobre los que nos sostenemos, pueden resquebrajarse, y la duda de si debemos quedarnos al margen o intervenir... Son tantas las tramas y subtramas en las que nos adentra Oliver, que nos sentimos parte de sus angustias y sinsabores casi sin darnos cuenta...
Submarine me ha recordado mucho a ese film independiente de Diablo Cody, "Juno", en el que una joven Ellen Page nos contaba sin tapujos los entresijos de su embarazo adolescente. Claramente el estilo dista mucho de parecerse, pero la sintonía es igual de singular: "esta/este soy yo, voy a contarte mi historia sin guardarme nada, ni siquiera mis pensamientos más vergonzosos o deprimentes, adiós a lo políticamente correcto". Así que eso es Submarine, una película nada correcta que nos ofrece escenarios maravillosos y secuencias realmente hermosas. Yo le perdono a Ayoade sus imperfecciones, y le pido que vuelva a repetir.
Pilar
¿La clave del film? Un peculiar y melancólico joven de 15 años, Oliver Tate (Craig Roberts), que nos adentra en propia persona en su mundo más íntimo, en una edad en la que todo lo que nos pasa se magnifica y enmarca, hasta límites insospechados. El primer amor, ese momento en el que comenzamos a presentir la existencia de un amor más allá del familiar, las millones de dudas al respecto, las influencias de las amistades, los miedos a llevar las cosas "más allá",... Otro miedo; el de ver como nuestro núcleo familiar, los cimientos sobre los que nos sostenemos, pueden resquebrajarse, y la duda de si debemos quedarnos al margen o intervenir... Son tantas las tramas y subtramas en las que nos adentra Oliver, que nos sentimos parte de sus angustias y sinsabores casi sin darnos cuenta...
Submarine me ha recordado mucho a ese film independiente de Diablo Cody, "Juno", en el que una joven Ellen Page nos contaba sin tapujos los entresijos de su embarazo adolescente. Claramente el estilo dista mucho de parecerse, pero la sintonía es igual de singular: "esta/este soy yo, voy a contarte mi historia sin guardarme nada, ni siquiera mis pensamientos más vergonzosos o deprimentes, adiós a lo políticamente correcto". Así que eso es Submarine, una película nada correcta que nos ofrece escenarios maravillosos y secuencias realmente hermosas. Yo le perdono a Ayoade sus imperfecciones, y le pido que vuelva a repetir.
Pilar
No hay comentarios:
Publicar un comentario